Soy una personal normal, como tantas otras. No tengo una historia extraordinaria que contarte porque básicamente me pasé media vida haciendo lo que casi todo el mundo hace. Trabajar en una empresa a cambio de un salario, formar una familia, comprar una casa, viajar, practicar algún deporte, ir de vacaciones, etc.
Como ves, lo mismo que mucha otra gente. Hasta que un buen día, la suma de acontecimientos que la vida me trajo para incomodarme, hizo que toda esa falsa identidad tras la que me ocultaba (por miedo y falta de confianza en mi mismo) saltara en mil pedazos y me adentrara en la famosa “noche oscura del alma”.
Todo lo que había construido se desmoronó. Caí en una profunda crisis personal que afectó a todas las áreas de mi vida. Me di cuenta de que hacer aquello que la sociedad nos propone para ser felices, no me había dado la felicidad.
Desde ese momento hasta mi reinvención profesional, transcurrieron 4 años. Durante ese periodo de autoconocimiento y crecimiento interior, cristalizó la visión en la que creía y que se había convertido en mi principal valor: la libertad. Vivir la vida en plenitud, paz mental y calma interior, siendo libre a nivel financiero y emocional. Tomar las riendas de mi vida de una vez por todas, es decir, creer en mí.
Con 47 años me marché de la empresa donde había estado trabajando en los últimos 21 años, sin despido, sin paro y sin un plan. Había estado ahorrando algún dinero, contaba con alguna pequeña inversión. Pero lo cierto es que tener un plan, lo que se dice tener un plan, no lo tenía.
Podrás imaginar lo que eso significa. Salto al vacío en toda regla. Algo que no te recomiendo hacer en absoluto.
Me armé de valor, cerré los ojos, respiré hondo y salté al vacío para sentir el vértigo que provoca la incertidumbre de no saber si al caer aparecerá la red para salvarte. Y en ese momento, en el mismo instante que puse un pie en el camino de la incertidumbre, descubrí que al saltar no caes, sino que quedas flotando en un estado de ingravidez denominado confianza. En ese preciso instante, con los ojos cerrados y una sensación de pánico atravesando mi cuerpo, comencé a confiar en mí y en aquel que nos sostiene: el Universo.
Mi trabajo actual va de eso, de ayudarte a que tú puedas reinventarte independientemente de la edad que tengas, pero sin cometer los errores que yo cometí por el camino.
Y no te hablo solo de cambiar de profesión y dedicarte a aquello que es tu vocación. Te hablo de reinventarte en cualquier ámbito de tu vida. De ser capaz de hacerlo.
Te ayudo con esa maraña de pensamientos e ideas que inundan tu mente y que no te dejan dormir.
He estado ahí antes, he pasado por todas esas mierdas que a ti te atormentan y se cómo librarte de ellas para tener claridad, certeza y confianza en lo que hagas.
Conmigo encontrarás eso. Un entusiasta, motivado y soñador con quien poder aliarte para que tu reinvención personal sea una realidad.
Alguien que, como tú, es una persona normal, que decidió reinventarse con casi 50 tacos. Y que puedo evitar que te des el tortazo que yo me di.
Alguien que despertó tras darse una buena hostia y ver como su mundo de desmoronaba (vamos, lo mismo que mucha gente) y que en ese momento comenzó con el yoga y la meditación, el autoconocimiento y la lectura de libros, gurús, maestros, formaciones, retiros, masters, terapias holísticas, etc.
Que por el camino descubrió a David Hawkins y Un Curso de Milagros y pasó del crecimiento personal al estado espiritual.
Y desde ahí, desde esa dimensión interior, puede acompañarte a liderar tu vida.
AMOR INFINITO